El nuevo central del Barça confiesa que estuvo a punto de llegar al club hace unos años y admite que pasó por el quirófano para tratar su lesión en la fascia plantar
Aunque parezca un tópico, Íñigo Martínez estaba más feliz que un niño con zapatos nuevos en su puesta de largo oficial con el Barça. Según admitió él mismo, su fichaje estuvo a punto de cerrarse hace ya tiempo, pero entonces no se dieron las condiciones y, ahora, no ha querido dejar escapar el tren. «Cuando el Barça te llama, los ojos te hacen chiribitas», aseguró de forma muy elocuente. Por eso, no le preocupan ni sus molestias en la fascia plantar del pie derecho, ni su edad. A sus 32 años, considera que tiene aún mucho que dar. Ni tampoco por supuesto, su correspondiente inscripción en la Liga. Algo que, el año pasado, por momentos, pareció casi el cuento de nunca acabar para la entidad que preside Joan Laporta.
“No me preocupa el tema de la inscripción. Desde el minuto uno, ya me dijeron cómo estaban las cosas. Yo sigo a lo mío, a tratar de hacerlo lo mejor posible, y de lo otro ya se encargan los que deben hacerlo. Por mi parte, tengo que trabajar y dar el 100% por el club. Mi tranquilidad es absoluta”, recalcó el ex defensa del Athletic, quien ha firmado un contrato por dos temporadas y que tendrá una cláusula de rescisión de 400 millones de euros. Gran parte de ese trabajo, ahora mismo, se centra en recuperarse de una lesión en la fascia plantar del pie derecho que lleva un año trayéndolo por la calle de la amargura. Hasta tal punto que, según confesó, no dudó en someterse a una pequeña intervención quirúrgica para ponerle remedio.
“Nada más terminar, hubo una pequeña intervención en esa zona, tomé esa decisión porque llevaba mucho tiempo. Noto bastante mejora, he seguido haciendo mis trabajos en las vacaciones y los sigo haciendo. Fueron nada, cinco minutos, y me ha ayudado bastante”, aseveró. “El tema de la fascia no es como una rotura, ahí cambia la cosa. Va a mejor, noto mucha mejoría, ya estoy haciendo algunas cosas en el campo y espero estar pronto ya con el equipo, aunque sea para hacer una parte del entrenamiento. Soy el primero al que le apetece, llevo un año con esta molestia y han sido complicado, pero noto que va mejorando y espero estar disponible en breve”, insistió un Íñigo Martínez para quien su edad no debe ser un hándicap. Más bien, todo lo contrario.
La edad no es un problema
“La edad no tiene nada que ver en esto, hay jugadores bastante más mayores que yo y siguen rindiendo a alto nivel en grandísimos equipos. Algunos despuntan más de jóvenes y otros lo hacen mas tarde, y creo que este último es mi caso», señaló el defensa en lo que pareció una velada referencia a un Luka Modric que, a sus 35 años, ha prolongado su contrato con la entidad madridista por una campaña más. Más explícita, eso sí, fue su referencia al eterno rival cuando se le habló de hacer comparaciones con su nuevo club. «No hace falta decirte que sí, que el año pasado fueron mejores que el Madrid. ¿Por qué van a serlo también este año? El Barça es un grandísimo equipo, con gente joven. Se ve el trabajo que están haciendo y ahí están los títulos del año pasado. Sé a dónde vengo, a qué club y qué es lo que debo hacer. Venimos a ganar, a pelear nuestro puesto con otros, aunque ante todo somos compañeros. Lo fundamental es rendir siempre al máximo y ser mejor que el rival», recalcó.
“No he tenido fantasmas del pasado. Me faltó poco para llegar hace ya unos cuantos años, pero el fútbol funciona así. Cada jugador sabe lo que debe hacer. Oficialmente, ya soy jugador del Barcelona y estoy muy contento de estar aquí, de conocer a mis compañeros, otra ciudad y otro idioma. Dentro de poco, creo que ya contestaré alguna pregunta en catalán. Estoy muy feliz de estar aquí y ya tengo ganas de que ruede el balón”, insistió un Íñigo Martínez que desveló también el papel crucial que ha tenido la presencia de Xavi en el banquillo para cerrar su llegada al Barça. “Cuando te llama el Barça, los demás equipos quedan en un segundo plano. A la primera, no dudé. Las palabras de Xavi hacia mí fueron magníficas, noté que me quería en su equipo. Esas palabras facilitaron que diera el paso, que siempre cuesta, pero no hay duda: cuando el Barça te llama, hay que decir sí o sí”, sentenció.